La polio fue una enfermedad devastadora en el siglo XX, que dejó a millones de niños con discapacidades físicas de por vida. Si bien las vacunas casi han erradicado la polio en muchas partes del mundo, sobrevivir a la enfermedad dejó a muchos con secuelas. Aproximadamente 1 de cada 200 casos resultó en parálisis irreversible, generalmente en las piernas, y entre el 5 y el 10 % de los paralizados murieron cuando sus músculos respiratorios quedaron inmovilizados. Más allá de la parálisis, los sobrevivientes de la polio a menudo enfrentan problemas de salud a largo plazo, incluidos problemas de movilidad y una calidad de vida reducida.
Las Cicatrices de La Polio
Una de las secuelas más comunes de la polio es la atrofia muscular, en la que los músculos se encogen y se debilitan debido al daño a los nervios. Esto puede provocar deformidades en las extremidades, especialmente en las piernas, lo que dificulta o imposibilita caminar sin aparatos ortopédicos o muletas. Muchos sobrevivientes de la polio desarrollaron:
● Parálisis flácida: Los músculos afectados permanecen débiles y no pueden soportar el movimiento.
● Discrepancias en la longitud de las piernas: Una extremidad puede ser más corta que la otra, lo que causa una marcha desigual y conduce a deformidades de la cadera y la columna vertebral con el tiempo.
● Contracturas: Endurecimiento de las articulaciones debido a la debilidad muscular prolongada, lo que lleva a la flexión permanente de las rodillas o los codos.
Para abordar la atrofia muscular, muchos sobrevivientes se someten a cirugías correctivas para recuperar algo de movilidad, incluidas transferencias de tendones, fusiones articulares y alargamiento de los huesos. Estas cirugías a menudo dejan cicatrices visibles en las piernas, los brazos y la espalda. En algunos casos, los sobrevivientes requieren múltiples operaciones a lo largo de sus vidas para mejorar la movilidad.
El Papel de La Vacunación en La Prevención de La Polio
Antes de la introducción de las vacunas, la polio era una de las principales causas de discapacidad en los niños. A principios de la década de 1950, en los Estados Unidos se registraban unos 16.000 casos de polio paralítico al año. El desarrollo y el uso generalizado de las vacunas contra la polio han llevado a una drástica disminución de los casos en todo el mundo, con una reducción de más del 99% desde 1988.
Para los padres de hoy, garantizar que los niños reciban sus vacunas contra la polio es crucial para prevenir la propagación de la enfermedad. La polio todavía existe en algunas partes del mundo y, si bien es poco frecuente en países con programas de inmunización, el riesgo de brotes sigue existiendo si las tasas de vacunación disminuyen. Los padres desempeñan un papel crucial en la prevención de la polio al:
● Seguir el calendario de vacunación recomendado: La vacuna contra la polio se administra normalmente en varias dosis a lo largo de la primera infancia.
● Comprender la necesidad continua de la vacunación: Aunque la polio está casi erradicada, los viajes mundiales y los brotes en comunidades con un nivel insuficiente de vacunación hacen necesario mantener altas las tasas de vacunación.
● Mantenerse informado: La información errónea sobre las vacunas puede generar temor y dudas innecesarios. Los padres deben confiar en fuentes médicas confiables y en profesionales de la salud para obtener información precisa sobre la seguridad y la necesidad de la inmunización contra la polio.
Hacia un Futuro sin Polio
La polio era una enfermedad que tenía un impacto devastador en los niños, dejándolos con problemas de movilidad que a menudo requerían tratamiento quirúrgico. Hoy, gracias a las vacunas, los padres ya no tienen que temer los efectos de la polio en sus hijos. Sin embargo, la protección sólo dura si las tasas de vacunación se mantienen altas. La polio no se ha erradicado oficialmente en todas partes, y un solo caso puede propagarse rápidamente en comunidades donde los niveles de inmunización han disminuido. Por eso es crucial garantizar que los niños reciban la serie completa de vacunas contra la polio.
Si tiene preguntas, consulte a su médico para que pueda brindarle la información más actualizada sobre las vacunas.
Fuentes: