No hay nada peor que ver a tu hijo enfermarse y tener esa sensación de impotencia mientras intentas que se recupere. Es aún más frustrante cuando las cosas empeoran, a pesar de tus mejores esfuerzos por mejorarlas, lo que lleva a una visita a la sala de emergencias para recibir ayuda. La idea de que un niño sufra una enfermedad, especialmente una enfermedad prevenible que podría haberse evitado, es la peor pesadilla de todo padre.
Aquí es donde entran en juego las vacunas. Las vacunas son más que una simple precaución médica; son la mejor manera de prevenir estas situaciones. Las vacunas proporcionan esa barrera invisible que no solo ayuda a los niños sino a todos los que están a su alrededor. Sin embargo, en 2023, las enfermedades prevenibles mediante vacunas siguieron afectando a muchas personas en los Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos generalizados de vacunación, todavía se producen brechas en la cobertura de vacunación, lo que provoca brotes periódicos de enfermedades como el sarampión, las paperas y la tos ferina. Se estima que los esfuerzos de vacunación entre 1994 y 2013 evitaron alrededor de 322 millones de casos de enfermedades prevenibles por vacunación en los EE. UU. Aun así, los brotes prevenibles siguen siendo un problema debido a las bajas tasas de vacunación en algunas áreas.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, la cobertura nacional de vacunación para niños de jardín de infantes en el año escolar 2022-2023 fue de alrededor del 93% para el sarampión. Aun así, algunas áreas cayeron por debajo del 90%, por debajo del umbral de inmunidad colectiva.
¿Qué Hay Detrás De La Reticencia a Las Vacunas?
A pesar de décadas de eficacia demostrada, la reticencia a las vacunas está aumentando. La desinformación, difundida a través de diferentes canales de redes sociales, ha ayudado a alimentar las dudas sobre la seguridad de las vacunas. Muchas personas se preocupan por los efectos secundarios o creen que la inmunidad natural es preferible a la vacunación. Sin embargo, la mayoría de las preocupaciones provienen de mitos que han sido desacreditados por la ciencia.
Las vacunas se someten a varias pruebas antes de ser aprobadas para uso público y se monitorean continuamente para garantizar su seguridad. Si bien pueden ocurrir efectos secundarios, generalmente son leves y temporales, como dolor en el lugar de la inyección o fiebre baja. Los efectos secundarios graves son increíblemente raros.
Consecuencias de No Vacunarse
Retrasar o evitar la vacunación puede tener varias consecuencias. Cuando los niños enferman y vuelven a aparecer enfermedades prevenibles debido a las bajas tasas de vacunación, los sistemas de atención sanitaria sufren una presión importante. La gestión de brotes de enfermedades como el sarampión y las paperas exige una gran cantidad de recursos y desvía la atención de otras prioridades sanitarias. El riesgo de propagación de estas enfermedades también genera costos económicos, como mayores gastos sanitarios, pérdida de productividad e interrupciones en la educación y la fuerza laboral. La carga financiera de tratar estas enfermedades prevenibles a menudo supera con creces los costos asociados a los programas de vacunación.
Esto puede hacer que los padres y tutores se sientan frustrados, ya de por sí abrumados. Esta frustración se ve agravada por la constatación de que el resurgimiento de estas enfermedades es en gran medida prevenible, lo que aumenta su sensación de impotencia y preocupación por el bienestar de sus hijos.
La vacunación incompleta también puede provocar discapacidades de por vida, como ceguera por sarampión o parálisis por polio, que pueden dar lugar a discapacidad permanente o muerte. No estar completamente inmunizado durante la infancia aumenta el riesgo de contraer otras enfermedades y reduce la esperanza de vida, mientras que la vacunación completa, especialmente en los niños pequeños, contribuye a aumentar la esperanza de vida.
Hable con Su Proveedor de Atención Médica Hoy
La salud de su familia es demasiado importante como para dejarla de lado. Comuníquese con su proveedor de atención médica hoy mismo para analizar qué vacunas podrían ser necesarias para mantener a todos seguros y saludables, ya sea en la temporada de gripe, en el momento de volver a la escuela o simplemente como parte de la rutina de bienestar. Hablar con un proveedor de atención médica puede abordar preguntas o inquietudes sobre las vacunas y disipar cualquier mito o información errónea con la que pueda haberse topado. Pueden guiarlo para tomar las mejores decisiones para la salud de su familia brindándole hechos y evidencia.
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Fuentes: