Llamado Urgente a Vacunarse Tras El Primer Caso De Sarampión Reportado En Tennessee Desde 2019

Con el inicio del año escolar y la temporada de otoño en pleno apogeo, es el momento ideal para que las enfermedades se propaguen en las comunidades. Recientemente, Tennessee informó su primer caso de sarampión en más de cuatro años, que involucraba a una persona que había viajado al extranjero y había pasado un tiempo en Kentucky mientras era contagiosa. Aunque la persona infectada se ha recuperado por completo y no se han reportado casos adicionales en el estado, esto sirve como recordatorio de cuán rápida y peligrosamente pueden propagarse estas enfermedades.

Según la última actualización de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Estados Unidos ha registrado 262 casos de sarampión este año, con 13 brotes notificados. De estos casos, el 70% están asociados a brotes en curso, que pueden tener un impacto mortal si no está vacunado.

El Sarampión En Cifras

Hasta ahora, en 2024, se han notificado casos en 32 jurisdicciones de todo el país. Lo preocupante es que alrededor del 40% de los casos notificados se dan en niños de cinco años o menos, el grupo de edad más vulnerable a las complicaciones graves de la enfermedad. Los CDC también informan que el 88% de todos los casos de sarampión involucran a personas que no están vacunadas o cuyo estado de vacunación no está claro. Solo el 4% de los pacientes que contrajeron sarampión habían sido completamente vacunados con las dos dosis recomendadas de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR).

Las hospitalizaciones entre los infectados fueron la mayor preocupación de los CDC. Informan que más del 42% de los pacientes requirieron hospitalización, ya sea para aislamiento o para manejar complicaciones relacionadas con el sarampión, como neumonía o encefalitis.

La Importancia de La Vacunación

No es una reaparición que deseemos ver, y una que la Organización Mundial de la Salud advierte que podríamos experimentar con más frecuencia. Entre 2021 y 2022, se estimó que los casos de sarampión aumentaron un 18%. Además, entre 2021 y 2022, el número de países que experimentaron brotes de sarampión aumentó de 22 a 37, y las muertes por sarampión aumentaron un 43%. Sin embargo, entre 2021 y 2022, se estima que se previnieron 57 millones de muertes por sarampión gracias a la vacunación contra el sarampión.

Estas cifras son una prueba de que las vacunas funcionan para combatir esta enfermedad. Si bien la vacuna contra el sarampión es muy eficaz, se necesitan dos dosis para brindar protección completa. Las personas que no están vacunadas, que están parcialmente vacunadas o cuya inmunidad ha disminuido tienen un riesgo mucho mayor de contraer y propagar el virus.

Los padres deben asegurarse de que sus hijos reciban la vacuna MMR a tiempo, y quienes viajen al extranjero deben verificar que sus vacunas estén al día. A medida que aumenten los viajes internacionales con las próximas vacaciones, mantener altas las tasas de vacunación será crucial para prevenir la propagación del sarampión en todo el mundo.

Qué Sucede Si No Se Vacuna

Si contrae el virus, el resultado puede ser extremadamente peligroso. El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que presenta síntomas entre 7 y 14 días después de la infección, que incluyen fiebre alta, tos, secreción nasal y ojos rojos y llorosos. Por lo general, entre 3 y 5 días después aparece un sarpullido que se extiende desde la cara al resto del cuerpo, a menudo acompañado de fiebre alta. Las complicaciones, especialmente en niños pequeños, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas, pueden incluir infecciones de oído, neumonía, encefalitis y, en algunos casos, la muerte. Las complicaciones graves pueden llevar a la hospitalización y los riesgos a largo plazo incluyen panencefalitis esclerosante subaguda (SSPE), una afección mortal.

Una Prioridad Nacional de Salud

A raíz del reciente aumento de casos de sarampión en todo Estados Unidos, las autoridades de salud pública están vigilando de cerca los casos, en particular en las zonas con bajas tasas de vacunación. Los CDC y los departamentos de salud estatales están trabajando para contener los brotes y evitar una mayor propagación, pero el riesgo persiste en las comunidades donde la cobertura de vacunación es baja. El caso reciente de Tennessee pone de relieve la naturaleza interconectada de la salud pública: lo que sucede en el extranjero puede afectar rápidamente a las comunidades locales.

Si tiene preguntas sobre el sarampión o desea obtener más información sobre las vacunas, lo mejor es que se ponga en contacto con su proveedor de atención médica. Ellos pueden proporcionarle la información que necesita para ayudar a garantizar que usted y su familia estén protegidos.

Fuentes:

Tennessee Department of Health

CDC: Casos y brotes de sarampión

CDC: Measles Symptoms and Complications

The National Library of Medicine: A Review of the Resurgence of Measles, a Vaccine-Preventable Disease, as Current Concerns Contrast with Past Hopes for Measles Elimination

Desacreditando Mitos Comunes Sobre La Vacunación: No Permita que Los Conceptos Erróneos Se Conviertan en Arrepentimiento

Realidad: Las vacunas han sido una piedra angular de la salud pública durante décadas, y cada año salvan entre cuatro y cinco millones de vidas en todo el mundo al evitar la propagación de enfermedades infecciosas. A pesar de ello, varios mitos y conceptos erróneos llevan a algunas personas a retrasar o evitar las vacunas. La desinformación puede tener graves consecuencias, tanto para las personas como para la comunidad en general. Recopilamos los cinco mitos más comunes para ayudar a iniciar el debate y abordar las inquietudes que las personas puedan tener sobre las vacunas.

1. Mito: Las Vacunas Pueden Causar La Enfermedad Que Se Pretende Prevenir

Realidad: Las vacunas contienen partes debilitadas o inactivadas del germen, no el virus activo, por lo que no pueden causar la enfermedad. Las personas pueden experimentar efectos secundarios leves, que suelen ser temporales y durar desde unas horas hasta unos días mientras el cuerpo desarrolle inmunidad. Estas reacciones comunes incluyen enrojecimiento, hinchazón, dolor, escalofríos, fatiga, dolor en las articulaciones, dolor de cabeza, fiebre leve y dolores musculares, y los niños suelen estar más inquietos de lo habitual. También pueden ocurrir reacciones relacionadas con el estrés, como desmayos, aturdimiento y respiración rápida, especialmente en aquellos con un gran miedo a las agujas. El riesgo de sufrir una enfermedad grave a causa de una enfermedad prevenible mediante vacunas es mucho mayor que cualquier efecto secundario poco común de una vacuna.

2. Mito: Las Vacunas Ya No Son Necesarias

Realidad: esto ha sido una preocupación creciente últimamente, ya que algunos creen que las vacunas ya no son necesarias porque muchas enfermedades se han vuelto raras, como la polio o el sarampión. En 2020, la cobertura mundial de vacunas infantiles disminuyó debido a la COVID-19, lo que provocó que 23 millones de niños no recibieron las vacunas de rutina, la cifra más alta desde 2009. Esto es preocupante porque las enfermedades infecciosas pueden resurgir fácilmente, lo que provoca brotes. Estados Unidos ha experimentado esto recientemente, con grupos de casos de sarampión que aparecieron en varios estados, incluido un caso informado en Tennessee, su primer caso en cinco años. En todo caso, vacunarse es más necesario que nunca, para que las comunidades puedan desarrollar inmunidad colectiva y evitar que estas enfermedades peligrosas se propaguen.

3. Mito: Las Vacunas Están Llenas De Ingredientes Nocivos

Realidad: A algunas personas les preocupa que las vacunas contengan sustancias químicas peligrosas, como mercurio o formaldehído. Sin embargo, las cantidades que se utilizan en las vacunas son minúsculas y se ha demostrado que son seguras a través de una amplia investigación. Por ejemplo, el compuesto de mercurio que se encuentra en algunas vacunas (timerosal) es inofensivo en las pequeñas cantidades que se utilizan, e incluso se ha eliminado de la mayoría de las vacunas como medida de precaución. Cada ingrediente de una vacuna tiene un propósito específico. Las vacunas están diseñadas para proporcionar inmunidad ayudando al cuerpo a crear anticuerpos contra las enfermedades. Ciertos ingredientes garantizan que la vacuna siga siendo segura y eficaz a lo largo del tiempo al evitar la contaminación y la degradación. Por ejemplo, los estabilizadores como los azúcares y la gelatina ayudan a mantener la eficacia de la vacuna, mientras que los adyuvantes como las sales de aluminio mejoran la respuesta inmunitaria del cuerpo. Las agencias reguladoras de todo el mundo siguen controlando la seguridad de las vacunas para garantizar que sus ingredientes no sean tóxicos.

4. Mito: La Inmunidad Natural Es Mejor Que La Inducida Por Vacunas

Realidad: Si bien la inmunidad natural puede desarrollarse después de contraer una enfermedad, conlleva riesgos importantes. Enfermedades como el sarampión, la varicela y la tos ferina pueden provocar complicaciones graves, incluida la hospitalización e incluso la muerte. La vacunación permite a las personas obtener inmunidad sin enfermarse, lo que proporciona una forma más segura y controlada de protegerse contra la enfermedad. Al comparar la inmunidad natural y la inmunidad inducida por vacunas, las vacunas brindan un nivel de inmunidad más alto, más sólido y más consistente. Un estudio de 2021 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) encontró que las vacunas contra la COVID-19 brindaban una mejor protección que las infecciones previas por sí solas. El estudio mostró que los pacientes vacunados tenían menos probabilidades de dar positivo en la prueba del virus entre los hospitalizados con síntomas similares a los de la COVID en comparación con los que se habían recuperado de una infección previa meses antes.

5. Mito: Las Vacunas Causan Autismo

Realidad: Este mito es el que ha ganado más fuerza debido a que fue parte de un estudio que ahora ha sido desacreditado a fines de la década de 1990. Este informe afirmaba falsamente que existía un vínculo entre la vacuna MMR y el autismo. Una gran parte de la razón por la que este mito se hizo popular es que los niños suelen mostrar los primeros signos de autismo aproximadamente a la misma edad (12 a 18 meses) en que reciben vacunas como la vacuna MMR. Este momento llevó a algunos a asociar erróneamente las vacunas con la aparición del autismo. Desde la publicación del informe, numerosos estudios a gran escala no han encontrado evidencia de una conexión entre las vacunas y el autismo. Organizaciones de salud confiables, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS) CDC, confirman que las vacunas no causan autismo.

En Resumen: Las Vacunas Salvan Vidas

Las vacunas se encuentran entre las intervenciones médicas más investigadas y monitoreadas, y los beneficios superan con creces los riesgos mínimos. Los ensayos clínicos exhaustivos, la vigilancia continua y los protocolos de seguridad rigurosos han garantizado que las vacunas sean seguras y eficaces. Los riesgos de no vacunarse son significativamente mayores. Las personas no vacunadas son más susceptibles a contraer enfermedades prevenibles, muchas de las cuales pueden provocar complicaciones graves, problemas de salud a largo plazo o incluso la muerte. No dejes que eso se convierta en arrepentimiento cuando la protección está a tu alcance. No esperes hasta que sea demasiado tarde: vacúnate y protégete, y tu yo del futuro te agradecerá que hayas tomado esa decisión.

Fuentes:

WHO: Vaccines and Immunization

WHO: Coronavirus disease (COVID-19): Herd immunity, lockdowns and COVID-19

WHO: COVID-19 pandemic leads to major backsliding on childhood vaccinations, new WHO, UNICEF data shows

WHO: Vaccines and immunization: Myths and misconceptions

WHO: Vaccines and immunization: Vaccine safety

National Library of Medicine: Exploring the Reasons Behind Parental Refusal of Vaccines

National Library of Medicine: Vaccination as a cause of autism — myths and controversies

CDC: Vaccine Basics

CDC: Laboratory-Confirmed COVID-19 Among Adults Hospitalized with COVID-19–Like Illness with Infection-Induced or mRNA Vaccine-Induced SARS-CoV-2 Immunity — Nine States, January–September 2021

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