Celebrando 50 años salvando vidas: el impacto de los programas de vacunación

El Programa Ampliado de Inmunización (PAI), conocido ahora como Programa Esencial de Inmunización, ha tenido un profundo impacto en el mundo durante cinco décadas. Se han salvado 154 millones de vidas, de las cuales 101 millones eran bebés. Esta estadística destaca el papel fundamental que desempeña la inmunización en la protección de los miembros más vulnerables de la sociedad.

El éxito de la campaña de erradicación de la viruela impulsó el inicio del PAI. Esto inició un movimiento global para proteger a los niños contra seis enfermedades infantiles devastadoras. Se convirtió en una iniciativa integral que abarca vacunas esenciales para 13 enfermedades y 17 vacunas dependientes del contexto.

Un estudio realizado por The Lancet evaluó los impactos en la salud global y regional de la vacunación contra 14 enfermedades. Los resultados mostraron una reducción del 40% en la mortalidad infantil a nivel mundial y de más del 50% en África. Las investigaciones demostraron que la vacuna contra el sarampión por sí sola ha evitado 93,7 millones de muertes desde 1974, seguida por el tétanos (28 millones salvados), la tos ferina (13,2 millones) y la tuberculosis (10,9 millones).

Hasta el 2 de mayo, 21 jurisdicciones de Estados Unidos habían notificado 131 casos de sarampión.

El total de casos de sarampión de este año es el mayor desde 2019. El aumento de casos se debe principalmente a que las tasas de vacunación cayeron del 95% en los últimos años al 93% en 2022-23. Los brotes de sarampión sirven como recordatorio de la importancia de la vacunación y de que la labor del PAI está lejos de terminar.

Las vacunas infantiles son esenciales para salvar vidas y hacer que nuestras comunidades sean más seguras. Seguir el calendario de vacunas recomendado es vital para garantizar que los niños reciban protección en el momento adecuado y de la manera más eficaz. Las vacunas generalmente comienzan poco después del nacimiento, y las primeras dosis de vacunas, incluidas las de la hepatitis B y la polio, se administran durante este período. Se administran dosis adicionales entre los 2 y 4 meses para aumentar la inmunidad contra enfermedades como la difteria, el tétanos, la tos ferina, el rotavirus y la influenza Haemophilus tipo b.

Entre los 6 y los 18 meses, los niños reciben dosis adicionales de vacunas para garantizar una inmunidad duradera, incluidas las del sarampión, las paperas, la rubéola, la varicela, la hepatitis A y la enfermedad neumocócica. Las inyecciones de refuerzo de algunas vacunas, como las de la difteria, el tétanos, la tos ferina y la polio, se administran entre los 4 y 6 años.

Alrededor de los 11 o 12 años, los niños reciben vacunas contra la enfermedad meningocócica y el virus del papiloma humano (VPH), junto con refuerzos contra el tétanos, la difteria y la tos ferina. Durante la adolescencia, la vacunación contra la influenza debe continuar anualmente y se pueden recomendar vacunas de recuperación si se olvidó alguna dosis antes.

Al conmemorar el 50.º aniversario del Programa Esencial de Inmunización, es esencial reconocer los avances logrados y al mismo tiempo reconocer los desafíos que tenemos por delante. Si bien las vacunas han salvado más vidas que cualquier otra innovación médica en el último siglo, estamos siendo testigos de una tendencia preocupante en la disminución de las tasas de vacunación. Esta disminución representa una amenaza significativa para la salud pública, ya que socava el progreso que hemos logrado bajo el PAI. El 50.º aniversario del EPI es una oportunidad para cambiar esa tendencia y contribuir a un futuro más saludable para todos.

Fuentes:

WHO: 50th anniversary of the Expanded Programme on Immunization (EPI)

The Lancet: Contribution of vaccination to improved survival and health: modelling 50 years of the Expanded Programme on Immunization

CDC: Casos y brotes de sarampión

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