Adelántese a la Temporada de Primavera Vacunándose Contra el Neumococo

Mientras damos la bienvenida a las temperaturas más cálidas y comenzamos a planificar nuestras vacaciones, es importante recordar que esta temporada también trae ciertos riesgos para la salud, especialmente para los niños. Uno de esos riesgos es la enfermedad neumocócica, una infección potencialmente grave causada por Streptococcus pneumoniae. Si bien el neumococo puede ocurrir en cualquier época del año, tiende a aumentar durante los meses de primavera, por lo que es esencial que los padres comprendan la importancia de la vacunación para salvaguardar la salud de sus hijos.

Las infecciones neumocócicas pueden variar desde neumonía, meningitis e infecciones del torrente sanguíneo. Estas enfermedades pueden provocar complicaciones graves, hospitalización e incluso la muerte, especialmente en niños pequeños cuyo sistema inmunológico aún se está desarrollando. Durante la primavera, las temperaturas fluctuantes, el aumento de los niveles de polen y el hecho de pasar más tiempo al aire libre pueden contribuir a la propagación del neumococo.

Si bien la gente se entusiasma con el cambio de estaciones y a menudo revisa sus pasaportes para ver si están vencidos, también es importante asegurarse de estar al día con sus vacunas. La vacunación contra el neumococo es la forma más eficaz de prevenir la infección y reducir su impacto. La vacuna neumocócica normalmente se administra en la primera infancia como parte de los calendarios de vacunación de rutina. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan administrar la vacuna a todos los niños menores de cinco años. Los bebés deben recibir la vacuna en cuatro dosis a edades específicas: 2, 4 y 6 meses, y una dosis final entre los 12 y 15 meses.

Los padres deben mantenerse informados sobre la vacuna neumocócica y asegurarse de que sus hijos reciban las dosis recomendadas según el calendario de vacunación proporcionado por los profesionales de la salud. También es importante estar atento a otras enfermedades que surgen durante esta época del año.

La primavera puede ser famosa por el resurgimiento de ciertas enfermedades contagiosas, como:

Influenza: si bien la temporada de influenza generalmente alcanza su punto máximo en el invierno, los virus de la influenza aún pueden circular durante los meses de primavera, causando síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, tos, dolor de garganta, dolores corporales, fatiga y dolores de cabeza.

Varicela (varicela): esta infección viral altamente contagiosa se propaga más fácilmente en la primavera. Provoca sarpullido con picazón, lesiones parecidas a ampollas, fiebre y malestar general.

Tos ferina (tos ferina): la tos ferina es una infección bacteriana conocida por sus ataques de tos severos. Puede ser particularmente peligroso para bebés y niños pequeños.

Hay varias vacunas disponibles para estas infecciones, pero existen otras formas de protegerse de las enfermedades. Es importante mantener buenas prácticas de higiene, como lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, especialmente después de estar en espacios públicos. Además, practicar la higiene respiratoria cubriéndose la boca y la nariz al toser o estornudar puede ayudar a prevenir la propagación de gérmenes. El ejercicio regular, controlar los niveles de estrés y garantizar un sueño adecuado también son cruciales para la salud y la inmunidad en general. Por último, y lo más importante, mantenerse al día con las vacunas recomendadas por los profesionales de la salud puede brindar protección adicional contra las enfermedades estacionales.

Fuentes:

CDC: Enfermedad neumocócica

CDC: Recomendaciones sobre la vacuna neumocócica

Fundación Nacional de Enfermedades Infecciosas: Enfermedad Neumocócica y Niños

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