Entre 2009 y 2014, en Estados Unidos el porcentaje de niños de 19 a 35 meses que recibieron la serie combinada de siete vacunas aumentó del 44,3% al 71,6%.
Todos deberían tener las mismas oportunidades de alcanzar y mantener el más alto nivel de salud. Sin embargo, existen algunas disparidades entre los diferentes grupos demográficos. El estatus, la raza, el origen étnico, el género, la edad y la discapacidad influyen significativamente en los resultados de salud. Esto puede llevar a que los grupos marginados sean ignorados o desatendidos. Los profesionales de la salud abordan este problema cerrando la brecha con las vacunas, especialmente en los niños.
Según el Instituto Nacional para la Calidad de la Salud Infantil, entre 2009 y 2014, en Estados Unidos el porcentaje de niños de 19 a 35 meses que recibieron la serie combinada de siete vacunas aumentó del 44,3% al 71,6%. El estudio encontró que este aumento no se limitó a datos demográficos específicos, sino que abarcó niveles de ingresos, etnias y regiones geográficas.
Una conclusión clave de estos datos es el poder de las intervenciones específicas y la divulgación proactiva. Al reconocer las diversas necesidades de las diferentes comunidades, los profesionales de la salud han implementado diferentes estrategias para involucrar a las familias y abordar las preocupaciones sobre la vacunación. Los enfoques culturalmente sensibles, los programas de acceso lingüístico y las asociaciones comunitarias han desempeñado un papel esencial en la creación de confianza y la mejora de la adopción de vacunas entre poblaciones históricamente desatendidas.
La vacunación ha sido y siempre será una piedra angular de la salud pública, especialmente en los niños, ya que previene la propagación de enfermedades infecciosas, protege a las poblaciones vulnerables y, en última instancia, salva vidas. No se puede subestimar la importancia de la vacunación infantil. La vacunación infantil no consiste sólo en proteger a los niños individualmente; también se trata de promover la salud y el bienestar de comunidades enteras. Es una herramienta vital en nuestros esfuerzos colectivos para garantizar que todos los niños, sin importar su grupo demográfico, tengan la oportunidad de prosperar y alcanzar su máximo potencial.
Aunque las vacunas son importantes, la equidad en salud va más allá y abarca un enfoque integral que aborda diversos factores que influyen en los resultados de salud. Esto incluye el acceso equitativo a los servicios de atención médica, alimentos nutritivos, agua potable, vivienda segura, educación y oportunidades económicas. Al encontrar formas de ayudar a quienes padecen determinantes sociales de la salud, como la pobreza, la discriminación y una infraestructura sanitaria inadecuada, podemos crear un entorno en el que no sólo los niños sino todos tengan la oportunidad de ser felices y saludables.
Lograr la equidad en salud no es un logro puntual, sino un compromiso continuo que requiere el esfuerzo, la colaboración y la dedicación sostenidos de todos. Al promover el acceso equitativo a la atención médica para todas las personas, podemos crear un futuro en el que todos tengan la oportunidad de alcanzar su más alto nivel de salud y bienestar. La equidad en salud no es sólo un objetivo que debe alcanzarse; es un derecho humano fundamental que debe ser defendido por todos.
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Fuentes:
Organización Mundial de la Salud: Equidad en salud
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades: ¿Qué es la equidad en salud?