Hay múltiples desafíos que enfrenta el mundo en lo que respecta a la salud. Pueden ir desde brotes de enfermedades prevenibles hasta la falta de actividad física. Pero en los últimos años, las dudas sobre las vacunas se han convertido en uno de los mayores desafíos del sistema de salud. Una evaluación realizada por la Biblioteca Nacional de Medicina encontró que entre el 6% y el 25% de los padres pueden tener dudas sobre las vacunas. A pesar del éxito de las vacunas a la hora de prevenir enfermedades y salvar vidas, algunas personas todavía están indecisas sobre las vacunas.
La vacilación ante las vacunas es un fenómeno complejo que abarca una variedad de factores. La desinformación y la desconfianza en el establishment médico influyen junto con el auge de las redes sociales, lo que permite difundir información precisa y falsedades. Las teorías de conspiración y las narrativas engañosas pueden cobrar fuerza rápidamente y generar dudas en quienes, de otro modo, optarían por vacunarse.
Es comprensible que la gente tenga sus preocupaciones, pero es importante recordar que las vacunas han sido fundamentales para prevenir y controlar enfermedades infecciosas y salvar millones de vidas en todo el mundo. La tecnología utilizada para crear vacunas ha experimentado avances significativos, lo que ha permitido un desarrollo mejor y más seguro.
Tecnologías de vacunas tradicionales versus modernas:
Existen varios enfoques cuando se trata de desarrollar una vacuna, incluidos patógenos inactivados o atenuados. Si bien los métodos tradicionales siguen siendo eficaces, las tecnologías de vacunas modernas ofrecen claras ventajas. Una de ellas es la tecnología del ADN recombinante, en la que genes específicos del patógeno se insertan en un virus o bacteria inofensivo, estimulando una respuesta inmune sin causar enfermedad. Este enfoque permite el diseño específico de vacunas con perfiles de seguridad mejorados.
Además, las vacunas de ARNm representan un desarrollo innovador en la tecnología de vacunas. La pandemia de COVID-19 puso de relieve el potencial de las vacunas de ARNm, como las de Pfizer-BioNTech y Moderna. A diferencia de las vacunas tradicionales que utilizan patógenos debilitados o inactivados, las vacunas de ARNm enseñan a las células a producir una parte inofensiva del virus (proteína de pico) para desencadenar una respuesta inmune. Esto permitió un desarrollo y producción de vacunas más rápidos.
Desarrollo de vacunas innovadoras:
Las vacunas de ADN se están desarrollando rápidamente y creando un futuro prometedor para las vacunas. En lugar de utilizar proteínas o virus inactivados, las vacunas de ADN introducen una pequeña porción de ADN en las células que les permite producir una proteína viral o bacteriana. Esto estimula una respuesta inmune, como las vacunas tradicionales.
Otro método seguro y muy eficaz para el desarrollo de vacunas son las vacunas VLP. Este imita la estructura de los virus sin contener material genético. Estas vacunas ayudan al cuerpo a desarrollar una respuesta inmune al presentarle una estructura similar a un virus, entrenando al sistema inmunológico para reconocer y combatir el virus real. La tecnología VLP ha desarrollado con éxito vacunas contra la hepatitis B y el virus del papiloma humano (VPH).
Una vacuna que constantemente necesita ser reformulada cada año es la vacuna contra la influenza estacional. Los científicos desarrollan nuevas vacunas cada temporada para que se alineen con las cepas de virus que circulan actualmente. Los investigadores están trabajando en el desarrollo de vacunas universales contra la influenza para eliminar la necesidad de actualizaciones anuales.
Desmentir mitos en torno a la seguridad de las vacunas:
A pesar de los avances innovadores y tecnológicos en materia de vacunas, persisten muchos mitos y desinformación sobre las vacunas que contribuyen a alimentar las dudas.
Uno de los mitos más conocidos y desmentidos es el vínculo entre las vacunas y el autismo. Esto afecta principalmente a la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubéola), a las vacunas que contienen timerosal o a demasiadas vacunas. Numerosos estudios han investigado a fondo esta afirmación y no han encontrado evidencia creíble que respalde una conexión entre las vacunas y el desarrollo del autismo. El estudio original que sugería un vínculo ha sido desacreditado y retractado, lo que significa que el artículo no forma parte del registro científico porque se descubrió que se basaba en una mala conducta científica.
Otro error común es creer que las vacunas contienen sustancias nocivas que pueden provocar reacciones adversas. Cualquier vacuna puede causar efectos secundarios; sin embargo, la mayoría de estos síntomas son menores, como dolor en el brazo o fiebre leve. Las vacunas se someten a pruebas meticulosas de seguridad y todos los ingredientes utilizados se evalúan minuciosamente. Los componentes comunes de las vacunas incluyen virus debilitados o inactivados, proteínas, adyuvantes (que mejoran la respuesta inmune del cuerpo) y conservantes. Las cantidades de estos ingredientes están muy por debajo de los umbrales de seguridad establecidos y su inclusión es esencial para garantizar la eficacia y estabilidad de la vacuna.
En general, la forma de abordar las dudas sobre las vacunas es a través de la educación y la investigación. Es crucial reconocer el impacto que las vacunas han tenido en la prevención y el control de enfermedades infecciosas no sólo en los Estados Unidos sino en todo el mundo. Reconocer los mitos y la desinformación, así como observar el historial comprobado de éxito y los continuos avances de las tecnologías de vacunas, ayudará a generar confianza y reducir las dudas.
Fuentes:
Biblioteca Nacional de Medicina: Estado de las dudas sobre las vacunas en los Estados Unidos
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades: Posibles efectos secundarios de las vacunas